Paul and Henry Concert Hall at Le Rosey
LOCALIZACIÓN:
Rolle (CH)
ARQUITECTOS:
Bernard Tschumi Architects
MODELO:
Space Lux
MÁS INFO:
EDIFICIO: www.roseyconcerthall.ch
ARQUITECTOS: www.tschumi.com
El auditorio se encuentra a orillas del lago Ginebra, en el término municipal de Rolle y dentro de las instalaciones de Le Rosey International Board, uno de los internados más exclusivos de Europa. Mientras el estilo del resto del campus es claramente conservador con edificios de 2 y 3 pisos, techos de manadas y fachadas de estuco que evocan el diseño tradicional de la Suiza más alpina, el diseño de Tschumi (ganador de un concurso por invitación en 2009) fue el elegido precisamente por su coraje al insertar una pieza tan contemporánea en este ambiente. Mientras muchos estudios propusieron soluciones que se mimetizaban con los edificios históricos de los alrededores, el arquitecto suizo se aventuró a propósito en la dirección contraria; según Tschumi “el proyecto es un estudio minucioso de contrastes” ya que en su opinión el concurso buscaba como “la arquitectura podría establecer una relación complementaria entre lo nuevo y lo viejo, la tradición y la modernidad”… y todo esto sin perder de vista que este auditorio de 900 butacas debía ser sostenible y ventilado de forma natural.
La opción de Tschumi propuso una cúpula metálica baja que emergiese del paisaje brillando bajo la luz del sol de la mañana y reflejando el ambiente de la luz del campus por la noche. A pesar de lo ajustado del presupuesto el auditorio ofrece una sala de conciertos de talla mundial que responde perfectamente tanto a los requisitos de sostenibilidad como a los necesarios para acoger a las orquestas más prestigiosas del mundo. De hecho se tomaron medidas excepcionales para cumplir con los objetivos de sostenibilidad y acústica. Así, el aire se toma del exterior y se canaliza hacia la sala de conciertos (el 85% del edificio está climatizado de forma natural) para convertirla en una de las pocas salas con estas características del mundo. Igualmente se emplearon tableros OSB reciclados y de procedencia local para revestir todas las zona de madera y así cumplir con los requisitos acústicos, económicos y ecológicos del proyecto.
Un elemento fundamental en el diseño fue el diseño que Tschumi hizo del espacio basado en “una caja dentro de una cúpula” ya que la cúpula de acero cubre la estructura de hormigón que aloja en su interior la pieza central del complejo: una caja de madera que con la sala de conciertos dentro.
Toda la sala de conciertos está construida con paneles de aglomerado OSB elegidos por su bajo coste, alta capacidad ignífuga y extraordinarias características acústicas.
El uso que el arquitecto hizo de este humilde material es digno de admiración: las paredes de la sala son una exposición de retales que muestran por un lado las limitaciones económicas del proyecto pero si no se presta mucha atención a este hecho, lo cierto es que dan un aire de estilo y sofisticación.
Las consideraciones acústicas siempre marcaron el diseño de la sala de conciertos pero hay algunas peculiaridades externas que también jugaron un papel importante: como el caso de la existencia de vías cercanas al edificio que hacían temer que las vibraciones de los trenes afectasen a las representaciones. Para remediarlo toda la caja de aglomerado OSB se colocó encima de unos enormes muelles de más de 2 metros cada uno que hacen las veces de enormes agentes absorbentes que aíslan la sala de cualquier oscilación que pudiese afectar al resto del edificio. Y para hacerlo más apasionante, el hueco creado bajo la sala en el que se asentaban estos muelles también persigue una finalidad sostenible: el aire que atraviesa las perforaciones de la cubierta de acero llega hasta este espacio desde el que se canaliza de forma natural hacia arriba por toda las salidas de ventilación situadas en el suelo del auditorio.
Conscientes de los compromisos acústicos y económicos del proyecto nuestra empresa optó por el modelo Space Lux: aplicando una innovadora solución de armado logramos construir enormes filas sin tener que duplicar ninguno de sus característicos brazos que sincronizan el movimiento del asiento y el respaldo. Esta butaca, aun siendo de reducidas dimensiones incluye bastidor metálico para asiento y respaldo lo que le dota de una asombrosa estabilidad y resistencia junto con sus tableros de madera para ambas piezas. Para conseguir un aspecto uniforme igual manera diseñamos unas butacas de palco con cuatro patas y un banco corrido en el mismo estilo que el resto de las butacas de la platea.
El resultado es un edificio cada vez más apreciado por los estudiantes de Le Rosey el público en general “la gente le llamaba OVNI pero se quedaban extasiados con la acústica”