
La Alhóndiga de Bilbao, diseñada por el arquitecto Ricardo Bastida en 1909, fue un antiguo almacén de vinos. Ha sido reconvertida en centro cultural de la mano del diseñador francés Philippe Starck tras una inversión de 75 millones de euros. La butaca Alhóndiga ha sido diseñada para adaptarse a la sala cuando sea auditorio o tanto una sala de conferencias. Así, la pala escritorio puede ocultarse para obtener el mayor confort de los asistentes cuando se transforma en auditorio. Todas las butacas, instaladas en curva y con ventilación de aire, se alinean al centro y respetan la estética de la sala.